Cumpió un sueño. En realidad, una meta. Porque en su espacio más íntimo, cada vez que terminaba su show donde la Tía Olga sabía que más temprano que tarde alcanzaría la gloria en el escenario más grande de Chile. Y aunque la pandemia y una incipiente carrera como cantante urbano atrasaron la gesta, finalmente Christian González lo logró: a punta de relatos fascinantes, conquistó a monstruo de la Quinta Vergara.

“Kily es el nuevo ídolo de Chile”

Luciendo un look renovado, el Kily partió su batería de geniales chistes narrando su experiencia estudiantil en Concepción, la tierra que cobijó sus años universitarios. Relató, por ejemplo, cuando creyó que ese portón verde era una comisaría. O cuando por accidente pisó el escudo de la Universidad de Concepción antes de titularse y tuvo que recurrir a la magia negra para revertir la maldición. Anécdotas que lo único que hicieron fue elevar el rating a 82 puntos promedio durante las tres horas de show.

Tenía otra hora de monólogo preparada. Sin embargo, los animadores interrumpieron no solo para entregarle la gaviota de platino (dijeron que la de plata y la de oro eran un “insulto” dada la calidad de la presentación), sino para darle una gran noticia: el gobierno de Chile, con el apoyo de todos los sectores políticos materializado en una carta firmada por personeros que van desde José Antonio Kast hasta el profesor Eduardo Artés, anunció la postulación de esta rutina al Premio Nobel de Literatura 2025.

“Gracias, gracias, no se molesten”, respondió en el escenario un emocionado Kily, que decidió clausurar su espectáculo con un imperdible repertorio que incluyó Marcianeke y Pailita.

En conferencia de prensa, el artista declaró: “P... pal que lee”.